Una celebración prehispánica
Una tradición característica de la cultura mexicana es honrar a aquellos que se nos han adelantado. Desde la época prehispánica, cuando alguien moría era envuelto en petate y los miembros de la familia y amigos organizaban una fiesta para guiarles a Mictlán - lugar de los muertos.
Se colocaban ofrendas y altares que incluían los alimentos y bebidas favoritas, con la creencia de que comieran y no pasaran hambre en su camino a Mictlán.
Varios siglos después, la tradición ha evolucionado y en México seguimos celebrando y honrando a los familiares y amigos que ya no están. En las ofrendas no solo colocamos alimentos y bebidas, también incluimos fotografías y objetos que representan las cosas que disfrutaban en vida.
La celebración también ha evolucionado al incluir a los seres queridos más allá de las personas, como lo son las mascotas; la creencia establece que las ofrendas y altares se colocan en las siguientes fechas:
27 de octubre, nuestras mascotas que habitan en Mictlán nos visitan a la media noche. Las ofrendas incluyen sus fotografías, juguetes favoritos y alimentos.
1° de noviembre, los niños que ya han fallecido son honrados y el colocar las ofrendas nos recuerda que "no hay huella tan pequeña que no deje una marca en este mundo." Los altares incluyen su ropa, juguetes y dulces favoritos, así como fotografías y alimentos preferidos.
2 de noviembre, se recibe a todos los amigos y familiares que han fallecido. Se llevan a cabo grandes celebraciones, desfiles y visitas a los cementerios. Todo esto ocurre alrededor de nuestro país. Las fiestas y celebraciones nos recuerdan que la vida de quienes nos dejaron, merecen ser celebradas y recordadas, aún cuando ya no están físicamente con nosotros.
Te invitamos a continuar esta tradición en familia. Visita la ofrenda del colegio en la cual se incluyen elementos elaborados por los niños, las familias y el equipo de trabajo.
